Beato Carlos de Foucauld (1858-1916)
ermitaño y misionero en el Sahara
Meditación «Ocho días en Ephraim», el apaciguamiento de la tempestad (trad. Charlotte Balfour, 1930)
“Hijos Míos, pase lo que pase con vosotros, recordad que Yo estoy siempre con vosotros; acordaos de si me percibís o no, de si parezco estar activo o dormido, olvidándome de vosotros, siempre observo y siempre soy todopoderoso. Nunca tengas miedo, nunca estés ansioso: Yo estoy allí. Observo, amo... Soy todopoderoso. ¿Qué más pides?.. Acordaos de cuántas tempestades he calmado con una palabra, haciendo que siga una gran calma. Acordaos de cómo sostuve a Pedro caminando sobre las aguas (Mt 14,28s). Yo estoy siempre tan cerca de cada persona como lo estaba entonces de él... Sé confiado, fiel, valiente; no temas por tu cuerpo y tu alma, porque Yo estoy allí, amoroso y todopoderoso.
Pero... no dejes que tu confianza te haga descuidado o negligente ante los peligros o confiado en ti mismo o en los demás... Estás en peligro inminente. Los espíritus malignos, esos enemigos fuertes y astutos, vuestra propia naturaleza humana, el mundo, os hacen la guerra perpetua... En esta vida la tempestad nunca cesa y vuestra barca está siempre a punto de hundirse. Pero yo estoy allí, y conmigo nunca se arruinará. No confíes en nada, y menos en ti mismo; pero ten en mí esa perfecta confianza que destierra el miedo.”
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