Santa Teresa del Niño Jesús (1873-1897)
Carmelita, Doctora de la Iglesia
Oración para adquirir humildad, Oración n. 20 (©Instituto de Estudios Carmelitas)
¡Oh Jesús! cuando fuiste Peregrino en la tierra, dijiste: "Aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón y encontraréis descanso para vuestras almas". Oh Poderoso Monarca del Cielo, sí, mi alma encuentra descanso en verte, vestido en la forma y naturaleza de un esclavo (Fil 2,7), humillándote para lavar los pies de tus apóstoles. Recuerdo tus palabras que me enseñan a practicar la humildad: "Ejemplo os he dado para que hagáis lo que yo he hecho. El discípulo no es mayor que el Maestro. Si comprendéis esto, felices sois si tú las pones en práctica” (Jn 13,15-17) Señor, comprendo estas palabras que han salido de tu Corazón manso y humilde y quiero ponerlas en práctica con la ayuda de tu gracia.
Quiero verdaderamente humillarme y someter mi voluntad a la de mis hermanas. No quiero contradecirlos ni tratar de ver si tienen o no derecho a mandarme. Oh mi Amado, nadie tenía este derecho sobre ti y, sin embargo, obedeciste no solo a la Santísima Virgen y a San José, sino también a tus verdugos. Ahora en la Sagrada Hostia os veo en el colmo de vuestros aniquilamientos. ¡Cuán humilde eres, oh divino Rey de Gloria... oh mi Amado, cuán manso y humilde de corazón pareces bajo el velo de la blanca Hostia!... ¡Oh Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón como el tuyo! .
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