¿Quiénes son la madres «Santas»
- Parroquia Maronita de San ChƔrbel
- 10 may 2022
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Se alegraron y regocijaron en el Reino de los Cielos
El 10 de mayo en MĆ©xico se celebra el dĆas de las madres, por eso compartimos con ustedes ese bonito texto: ĀæQuiĆ©nes son las Madres Ā«SantasĀ»? y les recordamos que hoy tendremos la misa a las 6:00 p.m.por todas la madres: vivas y difuntas

Ā«He aquĆ a tu madreĀ», dijo JesĆŗs en la cruz a uno de sus discĆpulos. Y desde ese Ā«He aquĆ a tu madreĀ» se ha convertido Ella en nuestra Madre, la Madre de la Iglesia y de toda la humanidad. Es la Madre del SeƱor y la Reina de la Paz. La Madre que soportó las constantes dificultades con paciencia y obediencia, superó el mal y eligió cultivar la santidad coronada por la compasión y la humildad, para convertirse en fuente de vida de la gracia y en fuente de esperanza.
En este mundo volÔtil, la Madre de Dios nos protege de todos los caprichos del mal, especialmente de una enfermedad que Su Santidad el Papa Francisco llama «orfandad espiritual», que nos asedia siempre que nos falta el sentimiento de pertenencia a la familia, al pueblo, a la tierra y a un solo Dios.
Siguiendo los pasos de la Virgen MarĆa, muchas madres han luchado a lo largo de la historia cristiana, recorriendo un camino divino y una vida llena de peligros y dificultades. Sin embargo, se aferraron a su fe y tuvieron paciencia y sabidurĆa para superar todos los obstĆ”culos en un esfuerzo por cruzar hacia el Reino Celestial. Madres que optaron por Ā«acumular tesoros en el cieloĀ», por lo que su camino se manifestó en pureza y santidad.
En el DĆa de la Madre, recordemos a las Ā«Madres SantasĀ» canonizadas por la Iglesia, pues en su recuerdo se les honra y se honra tambiĆ©n a las madres que siguen sus pasos.
Santa Ana
Debemos mencionar en primer lugar a Santa Ana, esposa de JoaquĆn, abuela de Cristo y madre de la Virgen MarĆa. La herencia de la Iglesia indica que JoaquĆn y Ana eran una pareja piadosa y temerosa de Dios, incapaz de dar a luz porque Ana era estĆ©ril. Esto entristeció mucho a la pareja, ya que la esterilidad se consideraba un estigma en aquella Ć©poca. Sin embargo, JoaquĆn y Ana no dejaron de rezar para que Dios bendijera a Ana con el fruto del vientre.
Ana pasó la edad de la maternidad sin que se cumpliera su deseo, pero Dios no se apartó de ella, pues formaba parte de un plan divino para bendecirla y conceder a la humanidad el mayor de los regalos. Los esposos continuaron sus oraciones con gran celo y con plena confianza en que Dios es capaz de todo. El SeƱor envió a su Ć”ngel a Ana y le anunció que Dios le concederĆa una gran bendición para toda la humanidad. JoaquĆn y Ana creyeron en las palabras del Ć”ngel, Ana concibió y dio a luz un niƱo, y se convirtió en la madre de la bienaventurada MarĆa, la Madre de Dios.
Santa SofĆa
Santa SofĆa tuvo tres hijas a las que educó en los principios de la fe, la esperanza y la caridad, por lo que les puso ese nombre. Vivieron en Italia durante el reinado del emperador Adriano, entre los aƱos 117 y 137 d.C., y sus vidas estuvieron marcadas por la piedad y el amor a Nuestro SeƱor JesĆŗs.
La hija mayor llamada Fe tenĆa 12 aƱos, la hija de en medio llamada Esperanza tenĆa 10 aƱos y la hija mĆ”s pequeƱa llamada Caridad tenĆa 9 aƱos. Fueron brutalmente torturadas por Adriano, que las decapitó frente a su propia madre, que presenció su sufrimiento con gracia y firmeza.
En cuanto a SofĆa, Adriano la liberó y dejó que sufriera con su dolor. Enterró a sus hijas y rezó ante su tumba durante tres dĆas y tres noches antes de fallecer.
Santa Elena
Santa Elena nació en la ciudad de Edesa, en la Alta Mesopotamia, en el aƱo 247 de padres cristianos. Se casó con el rey bizantino Constantino y dio a luz a su hijo Constantino, al que enseñó sabidurĆa y Ć©tica. Tras la muerte de Constantino, Ć©ste se convirtió en emperador de Oriente e hizo de Constantinopla su capital. Se cuenta que tuvo una visión en la que vio una Cruz de luz bajo la que estaba escrito Ā«Con esta SeƱal vencerĆ”sĀ», por lo que hizo de la Cruz un estandarte para sus soldados y triunfó.
En cuanto a Elena, viviendo mĆ”s de setenta aƱos, tuvo una visión en la que alguien le dijo: Ā«Ve a JerusalĆ©n y busca la Cruz del RedentorĀ». Su hijo la envió con un sĆ©quito de soldados a JerusalĆ©n, donde se reunió con el obispo de JerusalĆ©n, San Macario, y se enteró por un anciano judĆo del lugar donde estaba enterrada la Cruz; en una meseta sobre la que hay un templo pagano del dios Venus.
Elena ordenó la demolición del templo, y encontró la cruz de Dios entre tres cruces y la confirmó tras colocarla sobre el cuerpo de un difunto que resucitó inmediatamente. Después de este descubrimiento, Elena suministró apoyos en dinero a Macario para que construyera la Iglesia del Santo Sepulcro sobre el Santo Sepulcro, otra iglesia sobre la Gruta de la Natividad en Betlehem, y una iglesia sobre la subida del Monte de los Olivos...
Santa Amalia Santa Amalia fue obligada a casarse y dio a luz a nueve hijos en cuyos corazones sembró el verdadero espĆritu cristiano. Entre ellos se encuentran cinco santos de la Iglesia: Basilio el Grande, Gregorio de Nisa, Pedro de Sebaste, Macrina la Joven y Teosebel. Santa Amalia se enfrentó a muchas adversidades. Sus padres murieron antes de que ella se casara, su marido murió despuĆ©s del nacimiento de su hijo Pedro y su hijo Naukratius murió. AsĆ, se vio obligada a criar a sus hijos sola y se enfrentó a muchas dificultades, pero consiguió superarlas gracias a la fe, la paciencia y el valor. En su vejez, fundó un monasterio en el que vivió el resto de su vida con su hija Macrina. Murió en el aƱo 375. Santa Mónica Santa Mónica nació en la región argelina de Souk Ahras en el aƱo 331. Tuvo dos hijos y una hija, entre ellos San AgustĆn, cuya conversión se debió a su intenso llanto y continua oración por Ć©l, hasta que fue bautizado en el nombre de Cristo despuĆ©s de mĆ”s de 17 aƱos de intransigencia. Santa Mónica murió en el aƱo 387 en Roma, convirtiĆ©ndose en la patrona de las mujeres casadas, madres y viudas. Santa Rita Santa Rita nació en la región italiana de Roccaporena en 1381, y sus padres la obligaron a casarse con un hombre cruel. Vivió con Ć©l durante 18 aƱos y soportó muchos tormentos, pero sacó fuerzas gracias a la oración constante. Tras el asesinato de su marido y la muerte de sus dos hijos a causa de una grave enfermedad, entró en la vida monĆ”stica y llevó una vida llena de austeridad y ayuno, y se distinguió por su gran confianza en el SeƱor. Murió en Casia en 1457, y fue canonizada por Su Santidad el Papa León XIII el 24 de mayo de 1900, para convertirse en la patrona de las mujeres casadas infelices, y de los asuntos difĆciles e imposibles. Santa Celia Martin Santa ZĆ©lie-Marie (Celia MarĆa en espaƱol) GuĆ©rin nació en 1831 en la ciudad francesa de Gondolin. Se casó con Louis Martin y le dio nueve hijos, cuatro de los cuales murieron. Celia es la madre de Santa Teresa del NiƱo JesĆŗs y la madre de cinco hijas que entraron en la vida monĆ”stica. Santa Celia Martin murió en 1877. El 18 de octubre de 2015, Su Santidad el Papa Francisco canonizó a los padres de Santa Teresa del NiƱo JesĆŗs, en la Jornada Mundial de los Misioneros y durante el SĆnodo de la Familia. Santa Gianna Beretta Molla Santa Gianna Beretta Molla nació en la región italiana de Magenta en 1922. Se especializó en pediatrĆa, que asumió como profesión y misión. Se distinguió por su recta fe, que se manifestó en su compromiso con la obra católica, especialmente en el apoyo a los huĆ©rfanos y a los ancianos. En su cuarto embarazo, contrajo un cĆ”ncer y se negó a abortar a su hijo, prefiriendo morir para salvar la vida de su hijo, diciendo: Ā«SeƱor, si quieres elegir entre este niƱo y yo, no lo dudes. Soy totalmente tuya y te ruego que salves su vidaĀ». Murió en Ponte Novo en 1962. El 23 de agosto de 1973, Gianna fue reconocida como venerable por Su Santidad el Papa Pablo VI. El 24 de abril de 1994 fue beatificada por el Papa Juan Pablo II, y canonizada el 17 de mayo de 2004, convirtiĆ©ndose en la patrona de la familia. Históricamente, muchas madres han sido canonizadas como santas y se han convertido en ejemplos de castidad y mansedumbre, sin embargo, muchas madres de hoy en dĆa tambiĆ©n merecen ser honradas por su infinito sacrificio en los difĆciles momentos que atraviesan nuestros paĆses. La Biblia presenta en sus pĆ”ginas divinas las cualidades de la madre cristiana ideal, descrita como fuente de consuelo: Ā«Como la madre consuela a su hijo, asĆ te consolarĆ© yo; en JerusalĆ©n encontrarĆ”n su consueloĀ» (IsaĆas 66, 13); como fuente de amor y sacrificio: Ā«fuimos mansos entre ustedes, como la madre que amamanta a sus hijosĀ» (1 Tes 2, 7). La Biblia indica tambiĆ©n que una madre conduce a sus hijos a la gracia divina: Ā«pero se salvarĆ” por medio de la maternidad, siempre que las mujeres perseveren en la fe, el amor y la santidad, con dominio propioĀ» (1 Tm 2, 15).