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“Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón” (Mt 11,29)


#maronitas

Didaché (entre 60-120)

Catequesis judeocristiana

§3 (trad. Maxwell Staniforth)



Aléjate de todo hombre malo, hijo mío, y de toda su especie. Nunca le des paso a la ira, porque la ira conduce al homicidio. Del mismo modo, absténgase del fanatismo, las peleas y el mal genio, porque estos también pueden engendrar homicidios. Cuídate de la lujuria, hijo mío, porque la lujuria lleva a la fornicación. Asimismo, absténgase de la charla sucia y el ojo errante, porque estos también pueden engendrar adulterio... No tengan nada que ver con la brujería, la astrología o la magia; ni siquiera consientas en ser testigo de tales prácticas, porque también pueden engendrar idolatría. No digas mentiras, hijo mío, porque la mentira lleva al robo. Del mismo modo, no estés demasiado ansioso por ser rico o ser admirado, porque esto también puede engendrar robos. No seas quejumbroso, hijo mío, porque esto conduce a la blasfemia. Del mismo modo, no seas demasiado obstinado y no abrigues pensamientos de maldad, porque estos también pueden engendrar blasfemia.


Aprendan a ser mansos, porque “los mansos heredarán la tierra” (Mt 5,5). Enséñate a ti mismo a la paciencia, la compasión, la franqueza, la calma y la bondad; y no os olvidéis nunca de respetar la enseñanza que habéis tenido (cf. Is 66,2). No hagas alarde de tus propios méritos, ni te permitas comportarte con presunción, y no te esfuerces en asociarte con personas de eminencia, sino elige la compañía de gente honesta y humilde. Acepta como buena cualquier experiencia que se te presente, sabiendo que nada puede suceder sin Dios.

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