San Gregorio Nacianceno (330-390)
Obispo y Doctor de la Iglesia
3er Discurso Teológico
Hubo un tiempo en que la persona a la que ahora desprecias estaba por encima de ti; el que ahora es hombre era eternamente perfecto. Él estaba en el principio, sin ninguna causa; luego se sometió a las contingencias de este mundo. Eso fue para salvaros a vosotros que lo insultáis, que despreciáis a Dios porque os ha quitado vuestra grosera naturaleza.
Estaba envuelto en pañales, pero cuando se levantó de la tumba, se deshizo de su sudario. Fue acostado en un pesebre pero glorificado por los ángeles, anunciado por una estrella, adorado por los magos. Tuvo que huir a Egipto, pero liberó a ese país de las supersticiones de los egipcios. Ante sus enemigos, no tenía “porte majestuoso, ni apariencia que nos atrajera” (Is 53, 2), pero para David era “más hermoso en hermosura… que los hijos de los hombres” (Sal 45, 3), y en la montaña, resplandeció más que el sol (Mt 17, 1s). Como hombre, fue bautizado; pero como Dios, él quitó nuestros pecados. No necesitaba ser purificado, pero quería santificar las aguas. Como hombre, fue tentado; pero como Dios, triunfó, él que “venció al mundo” (Jn 16,8). Tuvo hambre, pero alimentó a miles, él que es “el pan vivo bajado del cielo”. (Jn 6,48.50) Tenía sed, pero gritaba: “Si alguno tiene sed, que venga a mí; que beba» (Jn 7,37). Sabía lo que era estar cansado, pero es descanso para todos los que «están fatigados y la vida les resulta pesada». (Mt 11,28). Fue llamado “samaritano y poseído” (Jn 8,48); pero es él quien salva a la persona que ha caído en manos de los ladrones (Lc 10,29ss.) y quien hace huir a los demonios. Oraba, pero es él mismo quien escucha las oraciones. Lloró, pero pone fin al llanto. Fue vendido por un precio bajo, pero es él quien redime al mundo a un alto precio: a través de su propia sangre.
Como oveja, fue conducido a la muerte, pero conduce a Israel y ahora a toda la tierra al verdadero pasto. (Ezequiel 34,14) Como cordero, enmudeció; pero él es la Palabra anunciada por la voz del que clama en el desierto (Mc 1,3). Estaba discapacitado y herido; pero él es quien sana toda enfermedad y toda dolencia (Mt 9,35). Fue levantado sobre el madero y allí fue clavado; pero es él quien nos restaura a través del árbol de la vida. Murió, pero da vida y destruye la muerte. Fue sepultado, pero resucitó, y subiendo al cielo, liberó a las almas del infierno.
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