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«Destruid este templo y en tres días lo levantaré».


maronitas

San Agustín (354-430)

Obispo de Hipona (Norte de África) y Doctor de la Iglesia

Sermón 163, 5


Todavía somos obreros de Dios que estamos construyendo el templo de Dios. La dedicación de este templo ya se ha producido en su Cabeza en que el Señor ha resucitado de entre los muertos después de su victoria sobre la muerte y habiendo destruido en sí lo que era mortal, ha ascendido al cielo.


Pero ahora estamos construyendo este templo por la fe. para que su dedicación se haga también en la resurrección final. Por eso, uno de los Salmos lleva el título: “Cuando el Templo fue reconstruido después del cautiverio” (95[96],1 Vg.). Recuerde nuestro antiguo cautiverio, cuando el diablo tenía al mundo entero en su poder, como un rebaño de infieles. Fue debido a este cautiverio que vino nuestro Redentor. Derramó su sangre por nuestro rescate y, con la sangre que derramó, canceló la deuda que nos tenía cautivos (Col 2,14)... Vendidos de antemano al pecado, ahora hemos sido liberados por la gracia.


Después de este cautiverio se construye ahora el templo y, para levantarlo, se proclama la Buena Nueva. Por eso este Salmo comienza así: “Cantad al Señor un cántico nuevo”. Y, para que no penséis que este templo se está construyendo en algún rincón insignificante, como lo construyen los herejes que se separan de la Iglesia, prestad atención a lo que sigue : “Cantad al Señor, tierras todas”...

“Cantad al Señor un cántico nuevo; Cantad al Señor, todas las tierras”. ¡Canta y aplaude! Canta y “bendice el nombre del Señor” (v.2). Proclamad el día nacido del día de la salvación, el día nacido del día de Cristo. Porque ¿quién es la salvación de Dios sino su Cristo?


Esta es la salvación por la que oramos en el Salmo: “Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu ayuda salvadora”. Esta salvación ansiaban los justos de la antigüedad, aquellos de quienes el Señor dijo a sus discípulos: “Muchos deseaban ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron” (Lc 10,24)... “Cantad al Señor una canción nueva; cantad al Señor” ¡Mira el fervor de los constructores! “Cantad al Señor y bendecid su nombre”. ¡Proclamad la Buena Nueva! ¿Qué buena noticia es esa? El día nace del día...; Luz de Luz; ¡el Hijo del Padre, el poder salvador de Dios! Así se construye el templo después del cautiverio.

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