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Este puente que conduce a lo más alto del cielo.



#maronitas

Santa Catalina de Siena (1347-1380)

Terciario dominicano, Doctora de la Iglesia, copatrona de Europa

El don del Verbo encarnado, cap. XIII, núm. 29


[Santa Catalina escuchó a Dios decirle:] Cuando mi Hijo unigénito regresó a mí cuarenta días después de su resurrección, este puente estaba elevado por encima de la tierra. Porque dejó vuestra compañía y ascendió al cielo por el poder de mi naturaleza divina para sentarse a la diestra de su Padre eterno. El día de su Ascensión los discípulos estaban como muertos porque sus corazones habían sido elevados al cielo junto con mi Hijo, que es la Sabiduría. Entonces el ángel les dijo: “No os quedéis aquí, porque él está sentado a la diestra del Padre”. (Hechos 1,11).


Así que primero hice de mi Hijo un puente mientras vivía en vuestra compañía. Y aunque ese puente viviente ha sido quitado de vuestra vista, permanece el camino puente de su enseñanza que, como os dije, se mantiene unido por mi poder y la sabiduría de mi Hijo y la misericordia del Espíritu Santo.


Mi poder da la virtud del coraje a quienes siguen este camino. La sabiduría les da luz para conocer la verdad en el camino. Y el Espíritu Santo les da un amor que arranca del alma todo amor sensual y deja sólo el amor virtuoso.


Así que ahora, tanto como antes, tanto a través de su enseñanza como cuando estaba entre vosotros, él es el camino, la verdad y la vida, el camino que es el puente que conduce a las alturas mismas del cielo.


Esto es lo que quiso decir cuando dijo: “Salí del Padre y al Padre vuelvo”, y “volveré a vosotros” (cf. Jn 16, 28; Jn 14, 28). En otras palabras: mi Padre me envió a vosotros y me hizo vuestro puente para que escapeis del río y podáis alcanzar la vida.

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