"Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio a toda criatura"

San Ireneo de Lyon (c.130-c.208)

Obispo, teólogo y mártir

Contra las herejías, III, 1

Es misión de todos los bautizados difundir la Buena Nueva que Cristo nos ha donado con su Resurrección

El Señor de todos confirió a sus apóstoles el poder de anunciar el Evangelio. Y es a través de ellos que hemos llegado a comprender la verdad, es decir, la enseñanza del Hijo de Dios. A ellos el Señor les dijo: “Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha. Quien os rechaza, me rechaza a mí y rechaza al que me envió” (Lc 10,16). Porque no hemos conocido el mensaje de salvación de nadie sino de aquellos que nos trajeron el Evangelio.

Este es el Evangelio que primero predicaron. Luego, por voluntad de Dios, nos lo transmitieron en sus Escritos para que se convirtiera en “columna y fundamento” de nuestra fe (1Tm 3,15). No es lícito decir que predicaron antes de haber adquirido un entendimiento perfecto, como afirman temerariamente algunas personas que se jactan de ser correctores de los apóstoles. En efecto, después que nuestro Señor resucitó de entre los muertos y los apóstoles fueron “revestidos de poder desde lo alto” (Lc 24,49) por la venida del Espíritu Santo, estaban llenos de certeza sobre todo y poseían un conocimiento perfecto . Luego salieron “hasta los confines del mundo” (Sal 19[18],5; Rom 10,18), proclamando la Buena Noticia de todos los bienes que nos han llegado de Dios y anunciando a los hombres la paz en la tierra . Todos y cada uno poseían el Evangelio de Dios en igual medida.

Texto bíblico

Vayan al mundo entero y prediquen el Evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado se salvará; pero el que no crea se condenará. A los que crean acompañarán estos milagros: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán lenguas nuevas, agarrarán serpientes con las manos y, si bebieran algún veneno, no les dañará; impondrán las manos sobre los enfermos y quedarán curados.

(Del Evangelio según san Marcos 16, 15-18)