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«Vosotros sois la sal de la tierra... Vosotros sois la luz del mundo»


#maronitas

San José María Escrivá de Balaguer (1902-1975)

sacerdote, fundador

Homilía del 05/04/1957 en Es Cristo que pasa



Llenar el mundo de luz, ser sal y luz, así describió nuestro Señor la misión de sus discípulos. Para llevar hasta los confines de la tierra la buena nueva del amor de Dios.


Todos los cristianos deberíamos dedicar nuestra vida a hacer esto, de una manera u otra. Iré más lejos que eso. Tenemos que anhelar no estar solos. Tenemos que animar a otros a ayudar en esta tarea divina de llevar alegría y paz a los corazones de los hombres. Como dice san Gregorio Magno: "En la medida en que progreséis, atraed a otros para que os acompañen, desead tener compañeros en el camino hacia el Señor".


Pero recordemos que, como nos dice el Señor en una parábola, el sembrador de la cizaña vino "mientras los hombres dormían" (Mt 13, 25). Nos dejamos llevar tan fácilmente por el letargo del egoísmo y la superficialidad, envueltos en miles de experiencias pasajeras, que evitamos asimilar el verdadero significado del mundo y de la vida. ¡Malo ese letargo, que asfixia la dignidad del hombre y lo convierte en esclavo de la tristeza!.


Por eso tenemos que despertar a las personas que han caído en el sueño peligroso que mencionó nuestro Señor. Debemos recordarles que la vida no es algo con lo que jugar: es un tesoro divino que debe crecer. También debemos mostrar el camino a quienes tienen buena voluntad y buenos deseos, pero no saben ponerlos en práctica. Cristo nos urge (cf. 2Cor 5,14). Cada uno de nosotros tiene que ser no sólo apóstol, sino apóstol de apóstoles, llevando a otros consigo, para que ellos a su vez animen a otros a dar a conocer a Jesucristo a todos.

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