Afrahat (?-c.345)
monje y obispo cerca de Mosul, santo de las iglesias ortodoxas
Manifestaciones, n°22
Los rectos y justos y los buenos y los sabios no temen ni tiemblan ante la muerte, por la gran esperanza que les espera. En todo momento tienen presente la muerte, su éxodo y el último día en que nacerán los hijos de Adán. Pablo, el apóstol, dijo: Pero la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron, y así la muerte pasó a todos los hijos de Adán" (Rom 5,14.12). Así, la muerte pasó a todos los hombres desde Moisés hasta el fin del mundo. Sin embargo, Moisés predicó que su reino es anulado; la muerte esperaba que él ataría a todos los pueblos y sería rey sobre ellos para siempre, pero cuando el Santo llamó a Moisés de la zarza, él le dijo así: "Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob" (Ex 3, 6). Al oír la muerte estas palabras, tembló y tuvo miedo y se asustó y supo que Dios es rey de de los muertos y de los vivos, y que está señalado a los hijos de Adán que salgan de sus tinieblas. Y observad que también nuestro Redentor Jesús, cuando repitió esta expresión a los saduceos, dijo así: "Él no es Dios de de los muertos, sino de los vivos, porque para él todos están vivos" (Lc 20, 38)...
Cuando Jesús, el vencedor de la muerte, vino y se vistió con un cuerpo de la simiente de Adán, y fue crucificado y probó la muerte. Cuando la muerte vio que había descendido a él, fue sacudido de su lugar y cerró sus puertas. Entonces Cristo rompió sus puertas, y entró en él, y comenzó a saquear todas sus posesiones. Pero cuando los muertos vieron la luz en las tinieblas, levantaron la cabeza de la esclavitud de la muerte, y miraron hacia delante, y vieron el esplendor del Mesías Rey. Y vio la muerte que sus tinieblas comenzaban a disiparse, y algunos de los justos que dormían se levantaron para subir con él, entonces le hizo saber que cuando él venga en la plenitud de los tiempos, sacará a todos los presos de su poder, y saldrán a ver la luz .